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Gastronomía

Pote de nabos

Ingredientes

Para unos seis comensales: 2,5 kilos de nabos de mesa cultivados en Morcín; 6 morcillas asturianas; 3 chorizos grandes asturianos (o seis pequeños); 200-250 gramos de tocino; un buen trozo de cabeza de cerdo (que contenga oreja, morro y papada); costilla de cerdo (opcional); rabo de cerdo (opcional); sal, azafrán (opcional).

Elaboración

En una olla o cacerola de buen tamaño se dispone una capa de nabos ya pelados y escachados en trozos grandes. Sobre ella se extiende una capa de compango distribuyendo alternadamente los productos. Nueva capa de nabos, nueva capa de compango y así hasta cubrir con una capa de nabos. Se añade agua fría hasta algo más de la mitad de la olla y se deja cocer a fuego no muy fuerte, en constante y continuo hervor. Los nabos ya sueltan agua bastante para asegurar la presencia de caldo. La cocción dura algo menos de 2 horas y los nabos han de resultar tiernos y enteros (no deshechos). Conviene rectificar de sal si fuere necesario. Hay dos maneras de servir este pote. Una de ellas consiste en ofrecer en fuentes aparte nabos y compango; otra se inclina por ofrecer todo en una misma fuente: los nabos en la parte inferior y el compango por encima.

Quesu Afuega´l pitu

Afuega´l pitu, significa en bable "ahogar el pollo", ya que antiguamente, para saber si el queso estaba en su punto, se le daba a un pollo para que lo probara, si a éste le costaba tragarlo, entonces el queso estaba bien hecho. También se dice, que significa "ahoga el gaznate" es decir la laringe, ya que cuando se consumía muy curado, y debido al alto contenido graso por el tipo especial de leche, producía un bloqueo en la garganta.

Es uno de los quesos más populares de Asturias, está fabricado con leche pasteurizada de vacas de la raza Frisona, principalmente, aunque también se utiliza la leche de las vacas Asturiana de los valles y sus cruces.
Las distintas modalidades son el blanco o ¿blancu¿ y rojo ¿coloráu¿ o ¿roxu de trapu¿. La denominación de este último es por el paño en el que se le envuelve para su preparación con pimentón y que le da la forma característica. La forma troncocónica es la más extendida, aunque también con forma de calabacín tradicional de la zona autóctona del Aramo. Tiene un corte ciego y textura granulosa. El sabor es cremoso y tendente al ácido, con un aroma muy particular.

La elaboración se puede realizar durante cualquier época del año, aunque principalmente en invierno y primavera. Se obtiene con la leche procedente del ordeño de la tarde que se calienta, entre 22 y 32 grados y se coagula lentamente añadiéndole cuajo animal. Pasadas unas 15 horas como mínimo y de esta forma se obtiene una cuajada blanda que se deposita en moldes y suelta suero durante todo el día.

Se sala o se le añade pimentón y se coloca en unos pequeños sacos de tela que le conferirán su característica forma. Las piezas son colgadas unos días en sitio seco y ventilado, cambiando el paño un par de veces. Al final de este proceso el queso está listo para consumir.

Casadielles

Ingredientes


1 caja de masa de hojaldre, de las que ya vienen preparadas, incluso congeladas.
300 gramos de nueces peladas.
250 gramos de azúcar.
2 cucharadas soperas de anís.

Elaboración
Una vez descongelada la masa, se extiende con un rodillo enharinado y aceitado, sobre una mesa de mármol, o sobre una encimera, también enharinadas, procurando que quede extendida, formando un rectángulo de 20 x 40 centímetros. Para el relleno: en el vaso de la batidora, echar el anís, las nueces y la mitad del azúcar y batirlo todo hasta que quede una masa compacta.


Con un cuchillo, cortar la masa en rectángulos de 10x20 centímetros, aproximadamente. Cerca de uno de los extremos, colocar una cucharadita colmada de relleno y doblar la masa por la mitad, de forma que el montoncito de relleno quede cubierto, haciendo como una empanadilla cuadrada de 10x10 centímetros, sellando bien los bordes con las puntas de un tenedor. Encender el horno y el gratinador y cuando esté a una temperatura de 150º, colocar las Casadielles en una bandeja en la parte intermedia del horno. Mientras tanto, moler el resto del azúcar, hasta conseguir azúcar glasee. Cuando estén doraditas, sacar del horno y espolvorearlas con el azúcar glasee. Se pueden comer calientes o frías.